Descubre nuestra historia y arte.

Bienvenido al Museo del Retablo de Burgos, un espacio dedicado a la preservación y exhibición de valiosas obras de arte religioso. Sumérgete en un viaje fascinante a través de los siglos y explora nuestra colección.

¿QUIÉNES SOMOS?

El Museo del retablo

Nuestra diócesis de Burgos cuenta con un muy abundante patrimonio religioso y cultural que abarca a toda su geografía y que incluye más de mil iglesias, casi quinientas ermitas y numerosos monasterios. Este conjunto convierte a la diócesis de Burgos en la más rica en patrimonio de Castilla-León.

Nuestros antepasados han depositado en nuestras manos una herencia única e inapreciable que reclama de nosotros un gran esfuerzo de cara a su conservación y estudio. La creciente despoblación de nuestros núcleos rurales, que llega en algunos casos a su abandono de hecho, somete todo este patrimonio a la codicia de rateros o coleccionistas, con la pérdida o el deterioro que ello provoca. Su conservación está dificultada además por la desaparición del servicio o función para el que nacieron.

Toda esta herencia suscita una profunda responsabilidad porque nos ofrece las raíces de nuestra cultura y de nuestra fe, de cuya vigorosa unión son huella y testimonio. Conservar no sólo la materialidad del monumento sino también su sentido originario y genuino constituye una exigencia del presente cuando pretende establecer un diálogo real con el pasado.

EL MUSEO

En defensa del patrimonio

Consciente de estas necesidades y de su responsabilidad ante el pasado y ante el futuro, la Iglesia de Burgos constituyó la Comisión Diocesana para el Patrimonio Cultural, con unos objetivos claramente delimitados: defensa, conservación y exposición de todo este legado histórico, artístico y religioso. Como fruto maduro de una dedicación de años, ha surgido este Museo Diocesano que presentamos en estas páginas

NUESTRA FUNCIÓN

Concepto fundacional

En una primera fase se recogieron los objetos muebles que necesitaban protección o que estaban más amenazados de destrucción. Posteriormente se constató la necesidad de organizar un museo, que realizara las funciones principales que se le atribuyen y reconocen a todo museo: educativo, científico, social y cultural; pero a la vez hemos pretendido que no pueda convertirse en un almacén arqueológico, por lo que hemos pretendido igualmente que se inserte en nuestro presente desde lo que las obras expuestas fueron en su origen y en su contexto de nacimiento: expresión de la experiencia religiosa que aspira a dar realidad visible y actual a la presencia de lo sagrado y a los acontecimientos fundadores (y a los hitos considerados más significativos) de la fe cristiana y de la vida eclesial.

Por eso, desde la identidad propia del material que expone y de la historia que conserva, un museo religioso pretende ofrecer un triple servicio y cumplir una triple función en el seno de una sociedad y de una cultura complejas y pluralistas.

Función eclesial

A lo largo de los siglos la Iglesia ha usado el arte como vehículo de expresión religiosa y de formación cristiana del pueblo. Asumiendo símbolos de la época o introduciendo significados nuevos, y muchas veces dando origen a creaciones originales, los cristianos de todos los tiempos se han visto reflejados en el arte a la vez que de él recibían el mensaje de la belleza.

Función mediadora

El arte religioso fue creado para el culto y la devoción del pueblo cristiano. Un museo no puede ser por ello un depósito que acumule restos monumentales carentes de contexto y de sentido colectivo. Pero no se puede dejar de reconocer que esos objetos en muchas ocasiones han perdido su ámbito originario de significación, por lo que pueden verse privados de su identidad.

Función cultural

El Museo de Arte Religioso tiene también una misión cultural, que nace de las mismas obras expuestas en él, como producto que son del hombre de cada época o etapa histórica, en las que se revela su idiosincrasia, aspiraciones, programas ideológicos, tipos de creencias y de mentalidad. Todo esto es lo que constituye propiamente la cultura.