En el ábside lateral del evangelio, adaptándolo a la irregularidad arquitectónica del mismo, se colocó al final de la mitad del siglo XVIII el actual retablo de la Virgen Inmaculada que sustituye a otro que se cita en los documentos, ya en 1535, con el nombre de altar de «Nuestra Señora que dicen del Espejo». Es obra barroca con abundante decoración de hojarasca en todo el conjunto.
Está montado sobre basamento de madera, con decoración de mármoles en el que se encaja la mesa de altar, también de madera marmoteada. Se compone de banco, cuerpo y remate, dividido verticalmente en tres calles. El banco lo forman cuatro grandes modillones adornados de frutas y hojas, los dos centrales con bonitas cabezas de querubines. Entre ellas hay paneles de hojas bien talladas y en el centro un sagrario auxiliar trapezoidal cuya puerta se adorna con la custodia grabada.